Casi 40 salas de juego y casas de apuestas han cerrado sus puertas en Baleares desde el año 2019. La política de tolerancia cero del Govern puso en 2014 el foco en la ludopatía en las Islas, especialmente entre la población más joven y marcó un antes y un después para el sector que en esos momentos sufría un importante despegue. En 2014 había 90 locales en las Islas y en 2019 el sector vivió su momento álgido con un total de 154 salas repartidas por toda la geografía balear convirtiéndose en el tercer territorio nacional con más locales recreativos por cada millón de habitantes.
Desde entonces han cerrado 37 salas y dos más están en proceso. De ellas 32 en Mallorca (Alcúdia, Calvià, Inca, Llucmajor, Manacor, Marratxí, Palma, Pollença, Sant Llorenç des Cardassar, Santanyí y Sóller), cuatro en Menorca (Ciutadella y Mahón) y dos en Ibiza (Ibiza y Sant Antoni de Pormany). Algunos de los cierres responden a denegaciones de licencias, declaraciones de nulidad o revocaciones de los permisos existentes (15), pero la mayoría se deben a a renuncias y desestimientos de las propias empresas. La patronal atribuye los cierres principalmente a la pérdida de poder adquisitivo de la población y a la crisis turística derivada de la pandemia. Admite también la existencia de casos de presión vecinal sobre determinados establecimientos, pero sostiene que estos son un fenómeno nuevo que ha llegado coincidiendo con la tramitación de la nueva legislación.
La modificación de la Ley 8/2014 de 1 de agosto del juego y las apuestas impulsada desde el Govern balear, encara ahora su recta final en Europa, antes de su aprobación definitiva. Es una normativa pionera a nivel del Estado porque impedirá de facto conceder nuevas licencias en los próximos años. El borrador del texto, que el Govern presentó el 1 de agosto a la Comisión del Juego de Baleares, establece un máximo de 75 salas de juego por millón de habitantes. Teniendo en cuenta que las Islas duplican actualmente esa cifra (con 139 salas de juego para 1,2 millones habitantes) la medida supondrá en la práctica que hasta que más de la mitad de los locales que operan ahora no echen el cierre, no se autorizará la apertura de nuevas casas de apuestas. Además de fijar limites a la densidad de locales de juego en función del número de habitantes, la nueva norma fija también una distancia mínima de 500 metros entre locales y prohíbe las máquinas en las inmediaciones de los centros educativos.
A la espera de que se complete la modificación legislativa el sector convive desde 2020 con una moratoria de licencias que frenó el auge de la apertura de nuevos locales. Desde entonces ha habido un decrecimiento progresivo. La patronal critica que el Govern tome como referente la población de Baleares a 1 de enero para establecer la densidad máxima de locales de juego sin tener en cuenta la población flotante que llega a las Islas en la temporada alta. «Igual que ocurre con los casinos y los bingos es razonable delimitar la oferta, pero lo que pedimos es que se tengan en cuenta los datos de la población real que tenemos que es la que hay el 1 de julio porque muchos de nuestros clientes son turistas. Si se hiciera así verían cómo la densidad es menor a la de nuestro entorno», dice la Associació dEmpresaris de Sales Recreatives i de Joc de les Illes Balears (Sareiba).
La Conselleria de Transició Energètica, Sectors Productius i Memòria Democràtica creó en 2020 el Observatorio del Juego Online (ojo.cat) como «herramienta para la búsqueda, desarrollo, publicación y difusión de información relacionada con las nuevas modalidades de juegos de azar, videojuegos, y nuevas tecnologías que puedan generar comportamientos adictivos, compulsivos o patológicos». En su primera memoria anual 2021-2022 habla del «contexto de aumento constante y generalizado en todos los segmentos del juego en línea» pasando de 9.85.333 personas en 2015 a 1.481.727 jugadores activos mensuales en 2020 (con un gasto medio por jugador de 293 euros en 2015 y 533 euros en 2020) de acuerdo con el informe Análisis del perfil del jugador en línea, elaborado por la Direcció General dOrdenació del juego. ultimahora